“Mientras vivas, resplandece, hombre, no te pongas triste, la vida dura poco, el tiempo exige lo suyo”, mandó escribir Seikilos en su tumba. Eso fue hace dos mil años, pero el mensaje sigue vivo en el escenario de Gardzienice. Baila y canta con pasión entre las antorchas, bajo el cielo estrellado y en el interior del colosal granero. Włodzimierz Staniewski y su compañía brillan en Gardzienice, demostrando que el gran arte va más allá de las palabras. Visite también su Galería en el casco antiguo de Lublin.